martes, 21 de septiembre de 2010

Cumplido 87: "The Final Frontier" (Iron Maiden)

Casi ha pasado un mes desde que me propuse aquí el plan de escuchar y comentar el nuevo disco de la mítica banda de Heavy Metal Iron Maiden. Desde luego, mi intención era darme algo de tiempo para hacer varias escuchas, pero no pretendía que fuera tanto. Lo que me ocurrió es que desde el principio quedé algo contrariado, más bien decepcionado, con el álbum, y quise darle más oportunidades. Y quise hacerlo así porque con el anterior disco, "A Matter of Life and Death", empecé teniendo alguna dificultad para acabar de cogerle el gustillo, pero luego me ha ido gustando cada vez más; bien es cierto que entonces percibía desde el principio que era un buen disco que necesitaba muchas escuchas, y efectivamente pronto empecé a notar el agrado de la insistencia. Con "The Final Frontier" no sólo me había decepcionado en su primera escucha, sino que no percibía tanto interés "oculto" como con el anterior, y al final de éste mes de intentos creo que puedo confirmar mi decepción (relativa, eso sí) como algo dificilmente pasajero.

Antes de nada, prefiero aclarar un par de puntos respecto de la discografía del grupo, para establecer un poco de relatividad en mis opiniones o gustos. Yo establezco una diferencia muy clara entre los discos que van de 1980 a 1988 y el resto: Aqullos siete primeros álbumes -unos más, otros menos- representan para mí la verdadera época dorada de Maiden, claramente por encima de lo demás (ni siquiera el tan cacareado "Fear of the Dark" está para mi gusto a la altura de ninguno de aquellos). Por otro lado, es algo habitual e inevitable en casi todos los artistas encasillados en un género: la creatividad no es infinita, y salvo que se repitan es difícil inventar sobre una misma idea, una y otra vez. Por lo tanto, es muy ilusorio esperar ya que vuelvan a aquellos tiempos, y un error comparar sus discos actuales con los primeros. Sin embargo, creo que, en cualquier caso, Iron Maiden siempre ha seguido manteniendo un mínimo de calidad más que digno o aceptable (unas veces más, otras menos); y eso incluye al último disco.

Y dentro de toda esa etapa "no dorada", creo sinceramente (y supongo que más de uno lo considerará un sacrilegio) que las dos obras con las que más ha llegado a brillar la banda de Steve Harris han sido las dos anteriores a la que nos ocupa, "Dance of Death" (2003) y la mencionada "A Matter of Life and Death" (2006). El primero (quizá mi favorito de la mencionada "etapa menor") entraba bien desde las primeras escuchas, y seguía aportando algo más en las siguientes; el segundo (uno de los discos más trabajados y complejos de la historia del grupo, aunque sin la chispa o el ingenio de antaño), ya dije que costaba más pero luego recompensaba. Hay en esos dos discos (sobre todo en el segundo) una arriesgada y meritoria apuesta en principio contradictoria, creo que lograda en buena medida: Que nadie pueda decir ni que han dejado de sonar a Iron Maiden ni que siguen haciendo lo mismo de siempre. Huyendo del abuso de los tics habituales del grupo, pero usándolos en pequeña medida, y añadiendo ideas nuevas pero prudentemente cercanas a lo de siempre, consiguieron crear una sensación de "suena muchísimo a Maiden, pero suena muchísimo a otra cosa distinta", o mejor aún "es distinto a Maiden, pero sólo puede ser Maiden".

"The Final Frontier" ha querido seguir esa línea un paso más, pero para mi gusto esa intención estilística ha superado quizá lo más importante: Que el disco mole, que apetezca escucharlo de principio a fin. "Dance of Death" era complejo pero sobre todo pegadizo y atractivo, con esas melodías vocales que te obligan a cantar o tararear con agrado mientras lo escuchas. "A Matter of Life and Death", más complejo aún, no tenía esa chispa melódica, pero sus desarrollos instrumentales me resultan alucinantes y envolventes. En "The Final Frontier" la chispa melódica se queda a medio camino de ambos discos (algo más accesible que en "A Matter..." pero no tan brillante como en "Dance...") y la complejidad estructural queda más como una pretensión superficial inacabada, lejos de los dos predecesores; Probablemente éste sea el disco con media más alta de duración de las canciones de toda la carrera del grupo, pero sin embargo mis canciones preferidas del mismo son en general las más cortas: esto lo dice todo (en la época clásica del grupo siempre mi favorita era la o las más largas del disco). Ese progresivismo que siempre ha acompañado al grupo (en los 80 más disimulado, ahora más evidente), en "The Final Frontier" me parece más una pose que un logro, sobre todo en comparación con los dos discos anteriores ya mencionados. Desde otro punto de vista, quizá podría decirse que el grupo se ha vuelto demasiado serio musicalmente hablando, olvidando que el Heavy Metal, como ya he dicho, tiene que "molar", tiene que divertir. Esa es la chispa, el ingenio, que les hizo grandes en los 80, ahora irrecuperable, al margen de que siguen trabajando muchísimo todo el aspecto instrumental. Tanto dramatismo convierte al disco en algo soso para mi gusto, pero insistiendo en que la calidad del álbum vuelve a ser más que digna, sobre todo instrumentalmente. Por otro lado, no hay ninguna canción que se pueda considerar mala, si acaso una o dos algo mediocres; y hay momentos puntuales que sí son brillantes. Veámoslo canción por canción:

"Satellite 15... The Final Frontier": Desde luego, en la intención de sonar diferentes, pero ni siquiera parecidos a la idea de Maiden, se han superado en el comienzo del disco. La introducción o primera mitad de éste primer tema puede hacer sospechar que nos hemos equivocado de grupo al comprar el disco, porque parece más de los Queensryche de "Operation: Mindcrime": lo dicho, hay que sonar progresivos por narices, porque está de moda, porque vende. Sin embargo, no me parece que el resultado de esa introducción, por otro lado medio siniestra, sea demasiado atractivo, sobre todo porque se hace muy larga. Y también porque augura una segunda parte que se espera sea más llamativa, pero con la cual luego no pega ni con cola, además de ser una canción bastante simple para seguir a un prólogo tan pretenciosamente progresivo. Desde luego, es la que menos me gusta del disco, sin que sea completamente desechable. Por otro lado, el título de la canción da más pistas sobre el rumor de que éste podría ser el último disco de estudio del grupo: Es el número 15 de la discografía, y se dice que Steve Harris dijo que no pasaría de ese número...

"El Dorado": El comienzo de ésta bien podría ser el final explosivo de la anterior. Tras ese redoble, aparece con ímpetu y atractivo una de las señas de identidad de la etapa clásica de Maiden, bastante olvidada en los últimos años: el ritmo galopante rápido, marcado por bajo y una guitarra rítmica; luego las otras guitarras definen sobre las anteriores un riff más de medio tiempo, que ralentiza (y para mi gusto echa a perder) la ilusión de la energía inicial. En cualquier caso el ritmo de la canción es lo mejor que tiene. No es que melódicamente sea mala, pero tampoco es nada del otro mundo. La pena es que, para mi gusto, su comienzo prometía más.

"Mother of Mercy": Estamos en el sector de las canciones más cortas del disco, que aparecen todas seguidas. Y como ya he dicho para mi gusto es la mejor parte del álbum. Ésta primera es un medio tiempo bastante efectivo, sobre todo porque, aquí sí, la melodía resulta atractiva, sobre todo (y de nuevo) en el comienzo, más suave que el resto.

"Coming Home": La canción más tranquila del disco, y para mi gusto la mejor, y así me lo pareció, con claridad, desde el principio; quizá ahora ya no me sorprende tanto, pero sigo prefiriéndola al resto. Se abre con un muy buen riff de armonías de guitarra que luego se repetirá otras dos veces (a la mitad y al final). Entre medias del mismo, una agradable balada tirando a medio tiempo, al más puro estilo de las canciones lentas de Bruce Dickinson en solitario (se nota su mano en la composición de la misma, más que la de Steve Harris). Es decir, una estructura sencilla de estrofas y estribillos, típica, mil veces utilizada antes por mil grupos, pero con ingenio en la composición, eso que Maiden han relegado a un pequeño rincón frente a la ampulosidad dominante. (Ojo, si la ampulosidad funcionase como en "A Matter of Life and Death" hablaríamos de otra cosa).

"The Alchemist": Contrastando con la anterior, es la de ritmo más veloz del disco, y de hecho recupera una velocidad casi olvidada en Maiden desde tiempos de "Man on the Edge" o "Be Quick or be Death". Aquí la melodía está bastante bien trabajada, con varios cambios de tono sucesivos en las estrofas, que van añadiendo sensación trepidante creciente a lo anterior. Muy lograda. Y es la más corta del álbum.

"Isle of Avalon": A partir de aquí ya las duraciones van a ser extensas, pero casi siempre con la sensación de que tanto tiempo por canción está desaprovechado, musical y estructuralmente hablando. No es que sean malas composiciones, pero parece como que les falta algo, como que podría haber algún cambio de ritmo más sorprendente aquí o allá. Con todo, esta "Isle of Avalon" no es precisamente de las peores de esta parte. Su melodía es aceptablemente pegadiza (si acaso repetitiva al final), y la parte intrumental progresiva central, sin ser una maravilla, da el pego.

"Starblind": Siendo la más corta de las largas, es sin embargo la que se me hace más cansina. Ni su melodía ni su ritmo ni sus desarrollos instrumentales me convencen demasiado, salvo en algún momento concreto de cambio de tono. Sin ser mala, me parece de lo más flojo del disco.

"The Talisman": Esta, si no fuera porque el comienzo lento se me hace excesivamente largo, es otra de las que agradezco escuchar. La atractiva melodía vocal alterna muy bien con los típicos punteos de guitarra sobre ritmo galopante marca Maiden (aquí si). No es que sea muy original ni con grandes variaciones, pero mola.

"The Man Who Would Be King": Esta es quizá una de las que aun puedan necesitar más escuchas para un posible cambio de opinión. Creo que tiene buenos elementos (las estrofas enganchan, la parte intrumental progresiva de la mitad es algo rara aunque curiosa, el final deja un buen sabor), pero no acabo de estar conforme con la estructura general del tema.

"When the Wild Wind Blows": Cierra el álbum la más larga del mismo (como tantas otras veces en la historia del grupo). Y es de las más conseguidas (la melodía de las primeras estrofas es sencilla pero atractiva y muy efectiva), pero de nuevo me parece que sus 12 minutos podían haber dado más de sí. Antes de los cuatro minutos, la melodía inicial, ya con ritmo dinámico pero no veloz, deriva en un tempo más lento que sin estar mal me decepciona en comparación con lo anterior, y ya sólo tiene cierto gancho en algunos cortes instrumentales con punteos. Luego hay unas estrofas pasados los seis minutos que vuelven a recuperar algo de atractivo, esta vez con un tono menos optimista, cuya melodía tiene un cierto deje al "War Pigs" de Black Sabbath. El problema es que se va llegando al final de los 12 minutos sin grandes sorpresas ni alardes, todo muy correcto y bien estructurado, y al final te quedas con la sensación de que, como tantos otros inicios de temas anteriores del disco, ofrece menos de lo que prometía.

En fin, poco me queda por añadir a este estudio de paleontología... bueno no, eso sería si del dinosaurio sólo quedaran los huesos...: Esto no es lo que era, pero sigue siendo. Aunque, a decir verdad, por el formato de la caja del CD, que parece una lata sacada de una trinchera de vete tú a saber qué guerra (y eso que la temática del disco es futurista), tampoco ando desencaminado. Manda narices: para una vez que me compro un disco recién salido al mercado de estos "héroes" de mi adolescencia, y resulta que la portada no viene ni con las típicas letras del nombre del grupo...

...Sea lo que sea... Up The Irons!!*

*: Ahora lo han cambiado por "Come on You Irons!"...¿?

2 comentarios:

  1. Hola Alberto! Aprovecho tu última entrada para saludar, ya que coincide con uno de mis gustos.

    Descubrí tu blog...pues no se, yendo de aquí para allá por esta maraña bloguera, y me llamó la atención sobre todo el título del mismo.

    Echando un vistazo rápido, puedo decir que la idea de tu blog me parece muy interesante y que quizás sea una magnífica forma de planificar la vida, esas "escapadas" que mencionas, que son las que, en mayor o menor grado, hacen a uno feliz.

    En cuanto al disco de los Irons, aún no le he dado una escucha completa (por pereza quizás), pero la tengo pendiente. Hoy será un buen día, ¿por qué no? je, je.

    A mi no se me hubiera ocurrido, pero opino que todos deberíamos tener algo así, porque estoy seguro de que el blog, además de expresar tus escapadas, te anima a seguir haciéndolo.
    Ánimo con ello. Seguiré todos tus planes, ¿quién sabe?...igual alguno me sirve a mi también. =)

    Si tienes un rato:
    http://alwaystoolow.blogspot.com/
    Es el blog que comparto con un amigo.

    Un saludo y sigue así! ^^

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  2. Muchas gracias por tu comentario.

    Efectivamente, muchas veces parece que toda la planificación de nuestras vidas se basa sólo en el futuro, y sobre todo en el miedo a no saber asegurarlo, y nos olvidamos de vivir el presente. Por eso, merece la pena hacer estos otros planes, aunque yo en parte pensé en reflejarlos aquí de esta manera con un cierto tono irónico hacia nuestra obsesión por planificarlo todo, por no querer permitir que la vida fluya a su manera, por querer tenerlo todo bajo control. De hecho, la mayoría de los planes los reflejo el día antes de realizarlos, aparte de por razones meteorológicas y logísticas, porque la planificación demasiado anticipada a veces puede ser un poco esclavizadora: un poco de improvisación no viene mal... por no hablar de los buenos planes que surgen sin preparar.

    Ya me he dado una vuelta por tu blog, me ha gustado, tiene gustos comunes conmigo, y me hecho seguidor del mismo. Te he dejado por allí un par de comentarios.

    Lo dicho, gracias, un saludo y nos vemos por la red.

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